El mes de mayo de 2015 fue un mes cargadito de tartas.
Comenzamos por esta tarta de un Rolex gigante que encargó una clienta a la que le he cogido un cariño especial, y no por la cantidad de encargos que me hace, que son muchos, sino porque siempre tiene palabras amables y agradables que hacen que este trabajo valga aún más la pena. Y es que los que nos dedicamos a esto, sabemos que cada tarta nos lleva muchas muchas horas y las palmaditas y los agradecimientos junto a la cara de los que reciben estas tartas, hacen que todas esas horas tengan sentido.
Y la siguiente tarta es una tarta de comunión para un niño que casualmente conocí hace poco. Un niño educado, amable y simpático que me agradeció al conocerme, el pastel que le hice hace ya casi un año. Estas cosas me llegan al alma.
Tarta Minnie para Sara, la peque de unos amigos a los que le tenemos un cariño muy especial
Aqui os dejo una tarta sencilla pero con mucha técnica de bordes perfectos. A veces la sencillez luce más y en este caso creo que así es.
Silvia me encargó las dos tartas siguientes, la de Mario para su bautizo y la de Judit para su comunión. Tal y como ellos las querían.
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